El poder del árnica reside en las aproximadamente 150 sustancias activas que componen sus flores de color amarillo radiante. Entre ellas, se encuentran flavonoides, carotenos, resina y aceites esenciales naturales. Además, contiene ácido silícico, una sustancia básica y nutriente para la formación del tejido y la estructura de la piel, que garantiza la retención necesaria de agua en nuestras células para la regeneración del tejido conjuntivo después de lesiones, golpes o contusiones.